Escarabajos del cuero y polillas

Los escarabajos del cuero pertenecen a la familia Dermestidae, que cuenta con 600 especies diferentes de escarabajos. Deben su nombre a su comportamiento alimentario: se alimentan de restos de animales, plumas, lana, piel, pelo y otros materiales orgánicos. Es decir, son Necrobiontes, las principales plagas de las despensas y artículos que contienen sustancias de origen animal. Los escarabajos del cuero suelen encontrarse cerca de alimentos de origen animal o en lugares donde se almacenan materiales naturales, como objetos expuestos en museos, productos de peletería, alfombras, etc.
En el hogar, los escarabajos del cuero pueden ser plagas, ya que son capaces de dañar los enseres domésticos que contienen materiales naturales como lana, pieles, cuero, etc.
Pero en la naturaleza tienen un papel importante y son higienizadores-utilizadores que ayudan a descomponer materiales orgánicos como restos de animales, plumas, lana y pieles. Desempeñan un papel en los ciclos de descomposición de la naturaleza reciclando los residuos orgánicos y devolviéndolos al suelo.
Una peculiaridad de su vida es que les gustan los ambientes secos y eligen cadáveres secos de animales y nidos de pájaros. Cabe señalar que la amenaza directa la causa la larva. El insecto imago adulto es áfago. Su tamaño es de hasta 12 mm.

Un grupo de insectos de más de 15 mil especies del orden Lepidoptera. Son predominantemente crepusculares o nocturnas. Muchas son queratófagas, es decir, se alimentan de sustancias de origen animal: piel, pelo, lana, sustancias córneas. Tienen un ciclo vital característico que incluye huevos, orugas, pupas y adultos. Suelen preferir las zonas oscuras y poco pobladas, donde pueden alimentarse libremente y reproducirse con rapidez. Los daños los causa la oruga.

Las polillas empiezan a reproducirse y destruyen los materiales utilizados en el aislamiento entre las paredes de las casas o edificios. Lo mismo ocurre con el aislamiento entre paredes (sellador), que suele estar compuesto de materiales orgánicos como fibra de madera, celulosa, lino, yute, lana, etc., que pueden constituir un caldo de cultivo para los insectos.

Es peor cuando el aislante está oculto, por ejemplo con placas de yeso, lo que dificulta mucho su control. Las polillas pueden introducirse en la estructura del edificio a través de pequeños huecos, grietas o agujeros y criar y alimentarse del aislamiento. Esto puede provocar la destrucción de los materiales y el debilitamiento del aislamiento, lo que en última instancia afecta a la eficacia del aislamiento y el aislamiento de la casa. Y la abundancia de insectos en la habitación no agradará a los propietarios.